Llega Febrero y con él, las fiestas de Carnaval. Este año vamos a crear nuestras propias murgas, va a ser divertido, pero antes de empezar, habrá que averiguar de dónde viene esta fiesta, por qué la celebramos, en qué otras partes del mundo lo hacen y si es igual que aquí.
Venga, vamos a "carnavalear" un rato...
¿Cuál es el origen del Carnaval?
El carnaval es, muy posiblemente, la fiesta pagana que más
personas celebran y disfrutan en todo el planeta. Son días de baile,
disfraces y mucha diversión.
El hecho de disfrazarse, pintarse la cara y festejarlo es un acto
que se remonta a la antigüedad y existen algunas evidencias de que
el pueblo sumerio ya realizaba este tipo de festejos hace 5.000
años.
Tal y como lo conocemos hoy en día, el carnaval es una
continuidad de los antiguos Saturnales, las
festividades romanas que se celebraban en honor al Dios Saturno.
A raíz de la expansión del cristianismo fue cuando más auge
tomó y la fiesta adquirió el nombre de carnaval, teniendo como
motivo principal el hecho de despedirse de comer carne y de llevar
una vida licenciosa durante el tiempo de cuaresma.
Eran tres días de celebración a lo grande, en lo que casi todo
estaba permitido; de ahí uno de los motivos de ir disfrazado,
taparse el rostro y salvaguardar el anonimato. Hoy en día, esta
celebración se ha alargado una semana, comenzando en la mayoría de
lugares el Jueves
Lardero.
Esta despedida a la carne se realizaba los días previos al
Miércoles
de ceniza, fecha en la que se
daba comienzo a la cuaresma; un periodo de cuarenta días (hasta
el Domingo
de resurrección) que se destinaba a la abstinencia, recogimiento
y el ayuno, acompañado de oraciones, penitencia y espiritualidad
religiosa.
¿De dónde surge el hecho de disfrazarse durante el carnaval?
Para la mayoría de personas el término carnaval
va asociado con el hecho de disfrazarse y pasar unos días de
fiesta y jolgorio, pero esta celebración que lleva
tantísimos siglos realizándose no siempre estuvo vinculada al hecho de
ponerse un disfraz
sino que es el resultado de una mezcolanza de fiestas y
tradiciones, provenientes de distintas culturas, que en un punto de
la Historia fueron unificándose para acabar siendo el festejo que
hoy en día conocemos.
A partir
del siglo IV, la imposición del catolicismo como
única religión válida a raíz de la decadencia del Imperio
Romano, hizo que las saturnales dejasen de ser una fiesta
pagana para convertirse en una celebración previa a la Cuaresma
que precedía a la Semana
Santa, por lo que eran los últimos días en los que se podía
comer carne (de ahí la etimología de ‘carnaval’: quitar la
carne) antes del ayuno y abstinencia obligados
durante los cuarenta días que llevaban hasta la celebración
religiosa.
Evidentemente, durante un buen puñado de siglos los festejos más
relacionados con el desmadre dejaron de realizarse públicamente,
ante el temor de sufrir represalias por parte de los jerarcas
eclesiásticos, pasando a ser una celebración de carácter familiar
y religiosa que se hacía en el campo y donde se compartían
distintas viandas. Aquellos que se atrevían a continuar haciéndolo
como jolgorio preferían asegurarse que sus identidades quedaban en
el anonimato, hecho que propició que los disfraces y
máscaras cogieran un significativo protagonismo.
Pero si debemos destacar cuándo y dónde el carnaval tuvo su
momento culminante de eclosión ese fue durante la Edad Media
en Venecia, en el que la ciudad italiana se convirtió en el
centro social, cultural y artístico de Europa y donde la
aristocracia de la época acudía con asiduidad. El hecho de
colocarse máscaras y disfraces y poder mezclarse con la
gente llana del pueblo, camuflándose entre ella como uno más, sin
ser reconocidos, es lo que dio un empuje definitivo a los
carnavales siendo rápidamente exportados hacia un gran número
de poblaciones de todo el continente.
En el siguiente vídeo puedes ver cómo se celebra en la actualidad el carnaval en Venecia.
A lo largo de los siguientes siglos la celebración del carnaval sufrió varios altibajos, siendo festejados mayoritariamente en entornos privados donde cada vez fue cogiendo más protagonismo el hecho de preservar la identidad.
¿Cómo se celebra el carnaval en otras partes del mundo?
Río de Janeiro
Carrozas, disfraces, color, música y samba -mucha samba- son los principales ingredientes del carnaval más afamado de Brasil. Miles de personas desfilan por el sambódromo en medio de una multitud venida de todo el mundo. Y es que la fiesta reúne cada año a cinco millones de personas, de los que cerca de un millón son turistas.
Durante meses, las escuelas de samba, las auténticas almas del carnaval de Río, preparan las comparsas, que en ocasiones pueden llegar a integrar hasta cinco mil participantes, y ensayan sus composiciones con el objetivo de sorprender y contribuir a hacer todavía más grande la leyenda.
Venecia
En esta ocasión, máscaras, trajes de época y un escenario de ensueño, con los canales de fondo, permiten retroceder en el tiempo. A diferencia de Río de Janeiro, el carnaval de Venecia repite cada año un ritual que se remonta a finales de la Edad Media y que tuvo su máximo esplendor en los siglos XVII y XVIII.
Durante diez días, la elegancia y el glamur están presentes en los espectaculares desfiles de disfraces de la plaza de San Marcos, en los grandes bailes en fiestas públicas y privadas y en las procesiones de barcos tradicionales por los principales canales de la ciudad. Tras un antifaz, el visitante descubre en Venecia una ciudad incomparablemente bella.
Oruro
Aunque tal vez desconocido por el público europeo, el carnaval de Oruro es uno de los más peculiares y espectaculares no sólo de Latinoamérica, sino de todo el mundo. Declarado en 2001 Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la Unesco, la ciudad boliviana celebra una fiesta mitad religiosa, mitad pagana, que mezcla tradiciones indígenas y españolas.
La fiesta honra a la Pachamama, la madre tierra, y a la Virgen del Socavón, a la que se le dedican desfiles y coreografías. Las luchas entre el bien y el mal, la presencia de los pecados capitales, las danzas de origen afroamericanas… todo ello está muy presente en una manifestación de cultura viva y de folclore único, en el que participan y se divierten viejos y niños de toda clase social.
Barranquilla
La batalla de flores supone el pistoletazo de salida de cuatro días de fiesta y diversión, en los que desfiles de carrozas, comparsas y grupos de baile se suceden. El festival de orquestas y la presencia de personajes populares como el Rey Momo o el Hombre Caimán hacen acto de presencia, finalizando con el entierro de Joselito Carnaval.
Nueva Orleans
Quien ha asistido alguna vez al Mardi Gras –martes graso-, nombre con el que es conocido el carnaval de Nueva Orleans , no lo olvida jamás. La influencia francesa y los colores púrpura, verde y dorado, que simbolizan justicia, fe y poder, están muy presentes en la puesta en escena de una de las grandes citas del estado de Luisiana, que se remonta a principios del siglo XVIII.
Las celebraciones empiezan el 6 de enero y se prolongan durante semanas con desfiles de carrozas, bailes de máscaras y, por supuesto, con los king cakes –una especie de roscón de reyes muy típico-, hasta los días previos al Mardi Gras. Es entonces cuando la fiesta llega a su punto más álgido, con los desfiles organizados por las krewes- las peñas carnavalescas- en su mayor esplendor, con algunas carrozas que cuentan con invitados ilustres que lanzan collares y juguetes al público.
Niza
La elegante capital de la riviera francesa se viste de gala para celebrar unas fiestas en las que el buen gusto y la diversión están servidos. No en vano el carnaval de Niza, que se remonta a finales del siglo XIX, es el mayor acontecimiento invernal de la Costa Azul.
Charangas y cabezudos desfilan junto a carrozas gigantes revestidas de flores frescas por las principales calles y avenidas, mientras tiene lugar la Batalla de la Flores. A lo largo del Camino del Inglés, jóvenes lanzan miles de capullos a los espectadores situados a lo largo del recorrido. La edición de 2014, que se prolongará durante casi tres semanas, homenajea a la cocina universal y tiene como país invitado a Alemania.
Notting Hill
Su carácter abierto lo ha convertido en el carnaval más grande de Europa y el segundo del mundo después del de Río de Janeiro. Y es que Notting Hill tiene un sabor propio, que invita a gentes de todo el mundo a bailar y a disfrutar de la fiesta sin un guión preestablecido. Toda una experiencia.
Cádiz
El ingenio, el sentido del humor y la gracia de los gaditanos de pone de relieve más que nunca durante los carnavales. La ciudad se vuelca en organizar y disfrutar de una fiesta que, como en el caso de Santa Cruz, está considerada Fiesta de Interés Turístico Internacional.
La mordacidad de las chirigotas, las composiciones musicales que año tras año repasan los temás más candentes, y la espectacularidad de los disfraces –conocidos popularmente como tipos-convierten el carnaval de Cádiz en uno de los más originales y divertidos del mundo. De hecho, el centenario concurso de coplas, coros, comparsas y cuartetos que anualmente se celebra en el Gran Teatro Falla es uno de los acontecimientos de mayor interés no sólo entre los gaditanos sino también entre los foráneos.
Tenerife
El carnaval de Santa Cruz de Tenerife, declarado Fiesta de Interés Turístico Internacional, aspira como el de Cádiz a convertirse en Patrimonio de la Humanidad. Y es que los canarios saben organizar y disfrutar como pocos de un acontecimiento espectacular, en la que disfraces, desfiles, carrozas y diversión se mezclan con el humor y la ironía.
Las numerosas comparsas y murgas –grupos que cantan canciones generalmente críticas relacionadas con la actualidad- se suceden durante días, culminando el martes de carnaval. Aquel día tiene lugar el Gran Coso Apoteosis, un gran desfile que se remonta a principios del siglo pasado, en el que participa todo el mundo, con las reinas como principales protagonistas.
La Palma
En La Palma el Carnaval llega al puerto a través de los indianos, aquellos emigrantes que salieron en busca de una vida mejor en las Américas y que retorna a su isla después de haber conseguido riqueza y prosperidad. Y en el puerto son recibidos con grandes festejos.La parodia de Los Indianos en el Carnaval palmero aparece por primera vez en la década de 1920 cuando un grupo de amigos organiza este desfile. Este acto se consolida en 1966 cuando Los Indianos se integran en el programa del Carnaval. Sin embargo, de forma similar a lo que ha ocurrido en El Hierro con sus Carneros, ahora ya una celebración consolidada, en la década de los 80 según constatan las crónicas los participantes de los pasacalles de Los Indianos no superaron la centena. Quién les iba a decir que treinta años después miles de personas abarrotarían las calles de la capital palmera, rociados como debe ser con polvo de talco.
Lanzarote
Y en este recorrido por el Carnaval de Lanzarote hay que detenerse en su capital, Arrecife, y en su parranda con más pedigrí, Los Buches, de la que existen referencias históricas que datan de 1890, cuando René Verneau en una visita que realiza a la isla tropieza "con grupos de hombres y mujeres disfrazados. El vestuario que se usa en estas mascaradas es el de los campesinos... Va gente tocando la guitarra y cantando? y provistos de unas vejigas de pescado enormes, con las que golpean a todos aquellos que encuentran".
Para los marineros poder estar en puerto durante estas fechas era vital. Después de pasar varios meses fuera de casa, pescando de sol a sol en la costa africana, necesitaban atracar el barco y casi con lo primero que encontraban saltar a tierra en busca de la diversión soñada. Además, los carnavales les permitía seguir de parranda con la seguridad de no ser reconocidos, la mayoría prefería escudarse en la máscara y la compañía de un buche, esos estómagos de pescado de gran tamaño, que una vez secos con sal, se inflan y sirven para golpear a todo aquel atrevido que se acerque hasta ellos. Y así vestidos con cuatro trapos, alguna copa, el buche en la mano y muchas ganas de disfrutar hasta que el cansancio tumbara sus energías, los marinos se lanzaban a la jarana por las calles y casas de Arrecife.
Será en 1963, cuando un grupo de habituales de estas fiestas, entre los que se encuentran hombres de la mar, pero también representantes de la burguesía lanzaroteña, como los Spínola, Guerra, Negrín deciden formalizar esta agrupación y como nombre eligen el de Parranda Marinera de Los Buches.
El Hierro
Los Carneros de Tigaday
Como si las bestias hubieran despertado de un extraño letargo, en el pueblo herreño de Frontera todos esperan que con el carnaval aparezcan por sus calles Los Carneros de Tigaday. Ataviados con zaleas, piel curtida de animal que conserva la lana, y la cara cubierta con una auténtica cornamenta de carnero, estas figuras se lanzan en busca de los paseantes y los embadurnan con betún hasta que entre el miedo y la risa todos caen rendidos ante la embestida de estos persistentes carneros.
La tradición de los carneros se recuperó después de la guerra civil española gracias a la labor de Benito Padrón, quien decidió recobrar esta figura y que años más tarde se ha convertido en una de las señas de identidad de los carnavales de El Hierro. Al principio, don Benito salía solo por las calles de Tigaday. Envuelto en su piel curtida de oveja o carnero, tiznado con el hollín de los calderos recorría el pueblo. Para muchos se trataba de la locura de un hombre, casi nadie entendía el fervor y el buen ánimo de este vecino de Frontera dispuesto a salir a la calle vestido de aquella forma. Sin embargo, con el paso de los años, aquella labor ha dado sus frutos y tal como recuerda Aday Cejas, "si hace un tiempo, apenas salíamos cinco o seis carneros, este año te puedo decir que seremos unos 40".
Fuerteventura
Los extraños artilugios
Seguramente no tienen las raíces históricas que sí lucen y distinguen a Diabletes, Buches, Carneros y también Indianos, pero Fuerteventura quería aportar al Carnaval de su isla un componente novedoso, singular. Y así en uno de esos encuentros habituales que mantiene los componentes del grupo majorero Así Andamos hace ya 17 años se lanzaron con la creación de la regata de los Achipencos (Artilugio Carnavalero Hidrodinámico Impulsado por Energías No Contaminantes, Obviamente) y triunfaron, hasta convertirse en el acto del carnaval de Puerto del Rosario más esperado de las fiestas. Lo imprescindible es que estos artilugios, hechos con material reciclable, como bidones o garrafas de agua, aguanten a flote desde la rampa del muelle de la capital majorera hasta la playa de los pozos más conocida como Playa chica. Y en esta particular y jocosa regata no gana el primero en llegar a meta, sino aquel que demuestre estar en posesión de una mayor originalidad de decorados y sus elementos de flotación. Y previo a este acto tiene lugar la carrera de los Arretrancos, otros artilugios, a los que sólo se les pide que rueden sin romperse por las empinadas calles de Puerto.
En Gran Canaria, puedes encontrar fiestas de carnaval en todos los municipios de la isla y en algunos casos se extienden hasta más allá del miércoles de ceniza. Nosotros no vamos a ser menos y vamos a crear nuestras propias murgas para dar un toque de picardía, originalidad y humor a las fiestas del instituto. Sabemos que hay mucha creatividad en los primeros de la ESO este año, así que nos vamos a reír mucho. ¡ Empecemos!
Para que te inspires, aquí puedes ver un ejemplo de una murga, premiada hace algunos años en el carnaval de Las Palmas de Gran Canaria :
Y para finalizar, el himno del carnaval de este año, para ir entrando en calor.